La propuesta de la capacitación
semipresencial (on-line) “Consumo de Drogas perspectivas de abordaje basados en
la Comunidad”, organizada por el CPAS y por la Cooperativa Margen, tuvo como
novedad la herramienta informática como eje de la capacitación. Muchos de los
participantes nos encontramos por primera vez con esta modalidad de trabajo, lo
que generó expectativa y también resistencias a usar este modo de vínculo con
el proceso de transmisión de conocimientos.
Los atravesamientos discursivos y
las prácticas están fuertemente arraigadas en el paradigma o modelo médico
hegemónico, pareciera que la demanda o las expectativas de los sujetos que
consultan está puesta en dejar de consumir mágicamente, y que el médico pueda
recetarles algo que permita tener abstención a la adicción independientemente
de la sustancia que se trate. Así llegan a la consulta los pedidos del familiar
o del mismo sujeto desesperado por la necesidad de dejar de consumir, porque el
deterioro físico, material y socio–afectivo constituye un problema.
Este curso nos pareció novedoso
respecto de cómo trata el tema de la adicción, desde una perspectiva
geo-socio-política, que no es ingenua y que responde a intereses, como la
intención de discriminar y estigmatizar a los grupos sociales involucrados, que
hay que saber distinguirlo dentro de la intervención, la demonización de la
droga y las campañas estructuradas para difundir este discurso, desde el estado
y desde la sociedad civil, en comunidades terapéuticas y en dispositivos de
consultorios externos también, evaluando los progresos desde “el consumo o no
consumo”, y no desde los factores que causan u originan la adicción como
síntoma del malestar.
Carballeda, en el libro
“Propuestas. Pcia de Bs As. Ministerio de salud, Dirección de Salud mental.
1998”, señala: “cuál es la conciencia de enfermedad, qué significa para él el
síntoma (...) Disfrazarlo y no taparlo (…) Y por último es necesario hacer una
lectura social del síntoma, si se repite en este barrio, en este trabajo, esta
familia, en esta comunidad, cuáles son los atravesamientos que la provocan”.
De esta manera, consideramos que
para llevar adelante una prevención inespecífica hay que, como dice Carballeda,
conocer los atravesamientos que provocan esto. Para eso, la percepción de lo social
que constituye el entramado de actitudes, creencias, estereotipos, nos ayudarán
a visibilizar la realidad social para luego poder elaborar estrategias
adecuadas. Es este sentido, Wilbur Grimson expresa que una sociedad prevenida
es toda aquella en donde cada sector sabe que está vinculado con el tema en su
vida cotidiana: “reconocer deseos y necesidades, relacionar nuestra vida con el
marco social, con el deterioro de la ética social, descubrir la posibilidad de
participación, de integración, de realización de tareas solidarias”.
Carballeda expresa: “Dentro del
proceso de intervención, desde un abordaje familiar o institucional, la escena
se construye según las diversas tramas que plantean los actores. De este modo,
es posible pensar la existencia de guiones preestablecidos, de historias que se
repiten en contextos diferentes, atravesados por nuevas significaciones”. Y es
aquí donde nos encontramos los trabajadores sociales, cada día levantando el
telón para una nueva obra de teatro, a veces con escenas similares, a veces
como actores sociales construimos diferentes guiones de intervención donde
jugamos varios papeles. Aquí estamos cada día levantando el telón a nuevos
desafíos de intervención.
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