Por Lic. Vanina Gómez
La Construcción de
un Proyecto Ético Político Crítico de la Profesión en la Argentina
Contemporánea implica necesariamente un posicionamiento que
desentraña el carácter de naturalización de la cuestión social, asimismo la
despolitización de lo social, ambos aspectos han estado y están presentes en
los análisis que pretenden eludir una mirada critica, en una clara visión
cientificista y meramente descriptiva de los fenómenos sociales considerados
como hechos sociales y regidos por leyes naturales.
Es necesario que se traslade el debate al
Trabajo Social real, el cotidianamente ejercido por miles de trabajadores
sociales que, en la soledad de sus prácticas, sienten la resignación y la
desesperanza producto del discurso legitimador hegemónico que iguala lo vigente
con lo posible y que acota otras visiones, obstruyendo así todo cambio. Este es
el desafío que plantean las nuevas demandas, los nuevos sujetos de nuestra
intervención que desbordan nuestra capacidad de respuesta, rechazan la
automatización de nuestras intervenciones, estimulan nuestra reflexión más allá
de lo urgente y nos recuerdan nuestras propias precariedades.
Para Rozas Pagaza: “… Un proyecto
profesional debe incorporar la lectura de la cuestión social no solo como el
registro de reproducción de las desigualdades sino también como la disputa
política sobre los recursos y los criterios de asignación, en la cual deben
participar de manera activa las organizaciones sociales y los sujetos
socialmente individuales y colectivos (en este sentido el pueblo nos da muchas
lecciones). La dimensión política en tanto disputa por el acceso a bienes y
servicios que la sociedad produce, implica la construcción de autonomía y
emancipación, valores que sustentan un proyecto profesional, y nos ubica en
tensión con la unilinealidad del pensamiento único y del mercado como sujeto
autorregulador y regulador de las relaciones sociales.”
En esta relectura de la cuestión social el
Trabajo Social tiene que asumir las nuevas demandas abriendo los limites
institucionales, ya que las instituciones vinculadas a la intervención en lo
social no logran reaccionar ante estos reclamos generando respuestas rígidas
que intentan fortalecer lo institucional y sin capacidad de interrogarse sobre
nuevas alternativas que apunten a estrategias a largo plazo.
Carballeda propone que el concepto de
interpelación puede ser útil en la medida que “… implica hacer visible
aquello que está oculto -que no ha sido visto por la comunidad o la agenda
publica- de allí que genera preguntas y, por ende, necesidad de respuestas. (…)
La visibilidad implica interpelación, aquello que se ve, interroga al resto de
la sociedad, genera preguntas que, articuladas, confieren historicidad a los
hechos, transformándolos así en acontecimientos. (…) En este momento, tal vez, visibilidad sea sinónimo de resistencia, el hacerse ver, el
mostrarse es en muchas formas un paso previo a la acción, y donde hay poder
siempre, de una u otra manera, se expresa la resistencia.”
Sin embargo, volviendo a Carballeda, la
resistencia y la acción se ponen de manifiesto en la diversidad de proyectos y
experiencias y permiten pensar estos espacios como una gran riqueza y con un
potencial importante para desarrollar un Trabajo Social que sea capaz de
pensarse a si mismo críticamente, y con capacidad para participar en procesos
de consolidación de lo democrático y de construcción de ciudadanía.
En este sentido es que queremos proponer,
dentro de las nuevas demandas que interrogan al Trabajo Social, analizar
aquellas vinculadas a los reclamos de aquellos con quienes intervenimos. Podemos
interrogarnos: ¿De qué modo las nuevas
demandas que interrogan al Trabajo Social se transforman en espacios de
construcción de la dimensión ética, política y crítica de nuestra profesión de
modo tal que recupere su legitimidad y su carácter interpelador de la realidad
participando activamente en la interpretación de las necesidades y en la
asignación de los recursos? ¿Esta reflexión puede traducirse en una
intervención fundada y elucidada que nos permita fortalecer procesos
democráticos construyendo autonomía, ciudadanía y emancipación? ¿Somos capaces
de desnaturalizar lo naturalizado, de visibilizar lo invisibilizado, o nos
quedamos pasivamente esperando que el cambio llegue?
Aportes
bibliográficos:
Laura Ethel García. “Haciendo Visible lo Invisible” El Trabajo Social y el contexto
actual: Limites, desafíos y posibilidades. Un análisis desde el derecho al
arraigo como nuevo escenario de intervención social.
Lic. TS Vanina Gómez
Presidenta del CPAS
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