La presidenta de FAAPSS, Lic. Silvana Martínez, dialogó con Encuentros en el marco de la Asamblea Anual que tuvo lugar en la ciudad de Santa Fe. Hizo un balance de lo realizado hasta el momento y, entre otros temas, se refirió al panorama actual del Trabajo Social a nivel nacional y destacó el perfil que se quiere dar desde la gestión a la Federación.
¿Cuáles son los puntos salientes de la Asamblea?
Estamos trabajando sobre cuestiones que atañen a la vida profesional, como las condiciones laborales de los trabajadores sociales. También en el 26º Congreso Nacional de Trabajo Social que va a ser en Tucumán y requiere de un tiempo importante de organización y difusión en cuanto a los ejes, la convocatoria de los panelistas, al perfil político ideológico que le queremos dar.
Nos estamos dedicando a la Ley de Niñez, Adolescencia y Familia. Colegas de distintos lugares manifestaron la dificultad en la aplicación de la ley, sumado a las leyes provinciales y a que a veces el Estado impone determinadas condiciones que a la hora de ejecutarlas se hace inviable. Han salido problemas recurrentes en distintos lugares del país y estamos viendo como los podemos abordar de manera integral para que les sirva a todos.
¿Cuál es la situación laboral de los trabajadores sociales a nivel nacional?
Tenemos una masa de desocupados pero el gran problema es la precariedad laboral. A los colegas no los contratan en relación de dependencia, sino como monotributistas, entonces dejan de ser asalariados con todo lo que implica. Además de la situación del contrato, que de por si es vulnerable, no hay seguro de salud ni de vida. Con el monotributo cubrís la obra social y los aportes previsionales, pero si pasa algo en el ejercicio profesional cuando se hace alguna visita, nadie cubre nada. Se han planteado casos concretos y estamos viendo la manera de visibilizar esto como para ponerlo en la agenda política y social de los gobiernos locales.
A esto se le suma la sobrecarga al trabajador social, porque en las instituciones está instalado el imaginario que todo lo que no se puede resolver o no se quiere atender va al Servicio Social. A veces el sueldo no alcanza y hay que estar en varios lugares con contratos precarios o becas, que es otra manera encubierta de trabajo en negro.
En eso estamos trabajando y en una provincia hemos tenido éxito de regular esos honorarios, de que esos trabajos sean pagos además del contrato que están recibiendo.
Esto también implica la incumbencia profesional
Se vulnera todo. El derecho del trabajador y las incumbencias profesionales. Por eso queremos jerarquizar, visibilizar y revalorizar la profesión, sino cualquiera termina haciendo Trabajo Social, o creen que todo lo que pasa lo tiene que resolver el trabajador social. Por eso estamos haciendo una política de difusión de las incumbencias profesionales, y de acuerdo a las estrategias que va fijando el Colegio, FAAPSS va apoyando. A veces con presencia en el lugar, con una carta, una nota en los medios de comunicación. Desde la Federación lo que hacemos es escuchar las realidades de cada Colegio y ver de que manera la podemos abordar y, sin imponer ni pasar por sobre los Colegios, como trabajar en conjunto y fortalecerlos.
¿Cuál es la propuesta de FAAPSS para el Congreso de FITS de Mendoza cuya temática es las Condiciones Laborales en Latinoamérica?
Se confeccionó un instrumento que es una encuesta. La idea es comparar, porque nuestra Argentina y la realidad del Trabajo Social es heterogénea. Hay provincias como Buenos Aires con quince mil trabajadores sociales y hay provincias con doscientos. Elaboramos un instrumento y lo enviamos a los Colegios y Concejos Profesionales para poder comparar. Estamos recabando esa información y sistematizando los primeros casos. La idea es presentar un mapa de lo que pasa en el país. Como problemas en general de la Argentina vamos a plantear lo que surja de los propios colegas y las particularidades de cada provincia.
También está presente el tema de la función gremial. Si bien no está contemplado en la ley de los colegios que tengan la función gremial, tienen un poder político. No puede exigir pero puede presionar, visibilizar, marcar presencia. En algunos casos ya empezaron a llamar a los colegas para sentarse en la mesa de negociación entre los sindicatos, el Colegio y la patronal. Es un trabajo arduo, silencioso, que tiene que ver con la trayectoria histórica de la profesión que siempre fue subestimada frente a otras profesiones que tienen más estatus. Queremos revertir esa imagen, todavía cuesta muchísimo que nos reconozcan y esto también repercute en las condiciones y en el sueldo.
Uno de los pilares de la política de FAAPSS es posicionarla en las políticas nacionales. ¿Cómo lo están implementando y cuales son los resultados obtenidos?
Queremos que sea una Federación hacia afuera, constituirnos como un actor social y político importante y ser una voz autorizada en determinadas problemáticas sociales. Hemos pedido formalmente una audiencia con la Ministra de Desarrollo Social de la Nación, Doctora Alicia Kirchner, para marcar una agenda común. Una de las cuestiones es el tema de los contratos en los ministerios de Desarrollo Social, las incumbencias profesionales, ver la orientación y el perfil de los programas y de las políticas sociales que se están implementando. Que seamos parte de esa discusión y no solo meros ejecutores.
A nivel nacional se está tratando el tema de la Ley de Niñez, Adolescencia y Familia, el servicio cívico voluntario, que si bien es “cívico y voluntario” tiene un rasgo de una historia que no queremos volver a repetir. Son todos temas que se están tratando, y cuando se llegue a un consenso emitiremos resoluciones. Estamos en debate con varios temas, proyectos de ley que todavía no salieron y queremos que tengan la voz de la FAAPSS, para después mudarlos a la Cámara de Diputados y Senadores.
¿Qué balance puede hacer de lo realizado en este año de gestión y lo que falta todavía?
La Federación tiene una realidad compleja por la distancia en que nos encontramos cada uno de los colegas. Cuesta venir porque, además de los viajes y las horas que uno deja su familia, el costo económico es importante. Es un aporte fundamental el que hacen los Colegios para sostener la Federación. Se complica la parte comunicacional y estamos tratando de aceitar ese mecanismo. Ahora retomamos, después de unos años, la página web.
Más allá de esta dificultad se ha hecho bastante. Se ha reglamentado el funcionamiento de los congresos, que al no estarlo se prestaba a confusiones o cuestiones que no estaban previstas. Estamos terminando de organizar el Congreso de Tucumán. Hicimos varios auspicios y estuvimos presente en varios acontecimientos marcando presencia y el posicionamiento en los temas que nos fueron convocando.
Terminamos el libro del 25º Congreso Nacional de Trabajo Social que se va a publicar por Lumen Humánitas y esta en proceso de edición. Esto llevó mucho tiempo porque no solamente los colegas que tienen más trayectoria académica expusieron los aportes del Trabajo Social a los procesos emancipatorios, sino que Misiones armó por primera vez una metodología de un Congreso absolutamente participativo, o sea que la voz de todos los colegas del país va a estar reflejada ahí. Esa metodología se va a tratar de reaplicar en Tucumán.
También tenemos la realidad que las formaciones son absolutamente heterogéneas. Esto se está tratando con FAUATS (Federación Argentina de Unidades Académicas de Trabajo Social) para trabajar el tema de las incumbencias profesionales y lograr entre las dos Federaciones que la profesión se declare de interés público.
¿Cómo se complementan para trabajar, teniendo en cuenta la diferencia generacional de los integrantes?
Los colegas con más trayectoria han aportado mucho y a su vez hay un gran protagonismo de los jóvenes. Influye el desgaste y el cansancio porque es una tarea que involucra cuerpo, mente, horas, dinero. Ahora estamos tomando la posta los jóvenes, la generación de los 30 es el promedio de la nueva gestión. Venimos con una intensidad importante, con ganas de cambiar, muchas veces con ganas de patear el tablero y romper viejas estructuras, pero nos sirve mucho las reflexiones de los colegas mas grandes a la hora de parar y ponernos a articular estrategias. Ellos tienen más experiencia en esa cuestión.
Nos vamos complementando bien, siempre los escuchamos con mucho respeto y admiración porque a pesar de muchos años siguen aportando al Trabajo Social y eso es admirable. Podrían no hacerlo, muchos jóvenes no lo hacen. Hay colegas jubilados que siguen aportando, siguen poniendo sus ganas, su pasión.
¿Cuál es el grado de participación de los nuevos profesionales?
Es heterogéneo. Todavía hay jóvenes que salen con esa impronta de la política neoliberal donde lo único que piensan es en hacer su trabajo y no quieren participar en las actividades colectivas. Pero tenemos una masa importante de jóvenes que empiezan a involucrarse. Me entusiasma la cantidad de estudiantes que vienen a las jornadas que arman las unidades académicas con los colegios de las distintas provincias.
Hay una tendencia, del 2000 en adelante, de querer participar y ser protagonistas de este cambio, porque se está produciendo un cambio en la historia argentina y los trabajadores sociales no queremos quedar afuera. Se está recuperando la idea de la militancia dentro del TS, ocupar espacios, hablar con los que no tienen voz, marcar posición, fijar agenda, estar en el campo de disputa política. Muchos colegas están participando políticamente y eso es muy bueno. Se está recuperando la dimensión política - ideológica del Trabajo Social.
Todavía coexisten los distintos trabajos sociales: el tradicional, el técnico y está el más militante, con un perfil más crítico, político, donde hay una formación teórica importante que puede dar argumentos en sus debates. Ese perfil tendemos a profundizar porque creemos que va a ser lo que va a producir el cambio en la disciplina y en la sociedad.
¿Cuáles son los puntos salientes de la Asamblea?
Estamos trabajando sobre cuestiones que atañen a la vida profesional, como las condiciones laborales de los trabajadores sociales. También en el 26º Congreso Nacional de Trabajo Social que va a ser en Tucumán y requiere de un tiempo importante de organización y difusión en cuanto a los ejes, la convocatoria de los panelistas, al perfil político ideológico que le queremos dar.
Nos estamos dedicando a la Ley de Niñez, Adolescencia y Familia. Colegas de distintos lugares manifestaron la dificultad en la aplicación de la ley, sumado a las leyes provinciales y a que a veces el Estado impone determinadas condiciones que a la hora de ejecutarlas se hace inviable. Han salido problemas recurrentes en distintos lugares del país y estamos viendo como los podemos abordar de manera integral para que les sirva a todos.
¿Cuál es la situación laboral de los trabajadores sociales a nivel nacional?
Tenemos una masa de desocupados pero el gran problema es la precariedad laboral. A los colegas no los contratan en relación de dependencia, sino como monotributistas, entonces dejan de ser asalariados con todo lo que implica. Además de la situación del contrato, que de por si es vulnerable, no hay seguro de salud ni de vida. Con el monotributo cubrís la obra social y los aportes previsionales, pero si pasa algo en el ejercicio profesional cuando se hace alguna visita, nadie cubre nada. Se han planteado casos concretos y estamos viendo la manera de visibilizar esto como para ponerlo en la agenda política y social de los gobiernos locales.
A esto se le suma la sobrecarga al trabajador social, porque en las instituciones está instalado el imaginario que todo lo que no se puede resolver o no se quiere atender va al Servicio Social. A veces el sueldo no alcanza y hay que estar en varios lugares con contratos precarios o becas, que es otra manera encubierta de trabajo en negro.
En eso estamos trabajando y en una provincia hemos tenido éxito de regular esos honorarios, de que esos trabajos sean pagos además del contrato que están recibiendo.
Esto también implica la incumbencia profesional
Se vulnera todo. El derecho del trabajador y las incumbencias profesionales. Por eso queremos jerarquizar, visibilizar y revalorizar la profesión, sino cualquiera termina haciendo Trabajo Social, o creen que todo lo que pasa lo tiene que resolver el trabajador social. Por eso estamos haciendo una política de difusión de las incumbencias profesionales, y de acuerdo a las estrategias que va fijando el Colegio, FAAPSS va apoyando. A veces con presencia en el lugar, con una carta, una nota en los medios de comunicación. Desde la Federación lo que hacemos es escuchar las realidades de cada Colegio y ver de que manera la podemos abordar y, sin imponer ni pasar por sobre los Colegios, como trabajar en conjunto y fortalecerlos.
¿Cuál es la propuesta de FAAPSS para el Congreso de FITS de Mendoza cuya temática es las Condiciones Laborales en Latinoamérica?
Se confeccionó un instrumento que es una encuesta. La idea es comparar, porque nuestra Argentina y la realidad del Trabajo Social es heterogénea. Hay provincias como Buenos Aires con quince mil trabajadores sociales y hay provincias con doscientos. Elaboramos un instrumento y lo enviamos a los Colegios y Concejos Profesionales para poder comparar. Estamos recabando esa información y sistematizando los primeros casos. La idea es presentar un mapa de lo que pasa en el país. Como problemas en general de la Argentina vamos a plantear lo que surja de los propios colegas y las particularidades de cada provincia.
También está presente el tema de la función gremial. Si bien no está contemplado en la ley de los colegios que tengan la función gremial, tienen un poder político. No puede exigir pero puede presionar, visibilizar, marcar presencia. En algunos casos ya empezaron a llamar a los colegas para sentarse en la mesa de negociación entre los sindicatos, el Colegio y la patronal. Es un trabajo arduo, silencioso, que tiene que ver con la trayectoria histórica de la profesión que siempre fue subestimada frente a otras profesiones que tienen más estatus. Queremos revertir esa imagen, todavía cuesta muchísimo que nos reconozcan y esto también repercute en las condiciones y en el sueldo.
Uno de los pilares de la política de FAAPSS es posicionarla en las políticas nacionales. ¿Cómo lo están implementando y cuales son los resultados obtenidos?
Queremos que sea una Federación hacia afuera, constituirnos como un actor social y político importante y ser una voz autorizada en determinadas problemáticas sociales. Hemos pedido formalmente una audiencia con la Ministra de Desarrollo Social de la Nación, Doctora Alicia Kirchner, para marcar una agenda común. Una de las cuestiones es el tema de los contratos en los ministerios de Desarrollo Social, las incumbencias profesionales, ver la orientación y el perfil de los programas y de las políticas sociales que se están implementando. Que seamos parte de esa discusión y no solo meros ejecutores.
A nivel nacional se está tratando el tema de la Ley de Niñez, Adolescencia y Familia, el servicio cívico voluntario, que si bien es “cívico y voluntario” tiene un rasgo de una historia que no queremos volver a repetir. Son todos temas que se están tratando, y cuando se llegue a un consenso emitiremos resoluciones. Estamos en debate con varios temas, proyectos de ley que todavía no salieron y queremos que tengan la voz de la FAAPSS, para después mudarlos a la Cámara de Diputados y Senadores.
¿Qué balance puede hacer de lo realizado en este año de gestión y lo que falta todavía?
La Federación tiene una realidad compleja por la distancia en que nos encontramos cada uno de los colegas. Cuesta venir porque, además de los viajes y las horas que uno deja su familia, el costo económico es importante. Es un aporte fundamental el que hacen los Colegios para sostener la Federación. Se complica la parte comunicacional y estamos tratando de aceitar ese mecanismo. Ahora retomamos, después de unos años, la página web.
Más allá de esta dificultad se ha hecho bastante. Se ha reglamentado el funcionamiento de los congresos, que al no estarlo se prestaba a confusiones o cuestiones que no estaban previstas. Estamos terminando de organizar el Congreso de Tucumán. Hicimos varios auspicios y estuvimos presente en varios acontecimientos marcando presencia y el posicionamiento en los temas que nos fueron convocando.
Terminamos el libro del 25º Congreso Nacional de Trabajo Social que se va a publicar por Lumen Humánitas y esta en proceso de edición. Esto llevó mucho tiempo porque no solamente los colegas que tienen más trayectoria académica expusieron los aportes del Trabajo Social a los procesos emancipatorios, sino que Misiones armó por primera vez una metodología de un Congreso absolutamente participativo, o sea que la voz de todos los colegas del país va a estar reflejada ahí. Esa metodología se va a tratar de reaplicar en Tucumán.
También tenemos la realidad que las formaciones son absolutamente heterogéneas. Esto se está tratando con FAUATS (Federación Argentina de Unidades Académicas de Trabajo Social) para trabajar el tema de las incumbencias profesionales y lograr entre las dos Federaciones que la profesión se declare de interés público.
¿Cómo se complementan para trabajar, teniendo en cuenta la diferencia generacional de los integrantes?
Los colegas con más trayectoria han aportado mucho y a su vez hay un gran protagonismo de los jóvenes. Influye el desgaste y el cansancio porque es una tarea que involucra cuerpo, mente, horas, dinero. Ahora estamos tomando la posta los jóvenes, la generación de los 30 es el promedio de la nueva gestión. Venimos con una intensidad importante, con ganas de cambiar, muchas veces con ganas de patear el tablero y romper viejas estructuras, pero nos sirve mucho las reflexiones de los colegas mas grandes a la hora de parar y ponernos a articular estrategias. Ellos tienen más experiencia en esa cuestión.
Nos vamos complementando bien, siempre los escuchamos con mucho respeto y admiración porque a pesar de muchos años siguen aportando al Trabajo Social y eso es admirable. Podrían no hacerlo, muchos jóvenes no lo hacen. Hay colegas jubilados que siguen aportando, siguen poniendo sus ganas, su pasión.
¿Cuál es el grado de participación de los nuevos profesionales?
Es heterogéneo. Todavía hay jóvenes que salen con esa impronta de la política neoliberal donde lo único que piensan es en hacer su trabajo y no quieren participar en las actividades colectivas. Pero tenemos una masa importante de jóvenes que empiezan a involucrarse. Me entusiasma la cantidad de estudiantes que vienen a las jornadas que arman las unidades académicas con los colegios de las distintas provincias.
Hay una tendencia, del 2000 en adelante, de querer participar y ser protagonistas de este cambio, porque se está produciendo un cambio en la historia argentina y los trabajadores sociales no queremos quedar afuera. Se está recuperando la idea de la militancia dentro del TS, ocupar espacios, hablar con los que no tienen voz, marcar posición, fijar agenda, estar en el campo de disputa política. Muchos colegas están participando políticamente y eso es muy bueno. Se está recuperando la dimensión política - ideológica del Trabajo Social.
Todavía coexisten los distintos trabajos sociales: el tradicional, el técnico y está el más militante, con un perfil más crítico, político, donde hay una formación teórica importante que puede dar argumentos en sus debates. Ese perfil tendemos a profundizar porque creemos que va a ser lo que va a producir el cambio en la disciplina y en la sociedad.
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