Les presentamos el trabajo que será enviado a FAAPSS, para luego ser
remitido a la Federación Internacional de Trabajo Social, con motivo de la
elaboración de un documento final que se presentará en Salvador de Bahía
(Brasil) en el mes de agosto. El Directorio del CPAS desea expresar un profundo
agradecimiento a las colegas que realizaron sus aportes.
Un tercio de la población de América Latina vive en la pobreza o en la
extrema pobreza, como consecuencia no solo de la liberación economicista sino
también por las características que asumieron los estados terroristas, las
consecuencias del consejo de Washington, la implantación de las ideas
neoliberales, las que terminaron configurando
un escenario con graves consecuencias no solo en la vida material de los
sujetos sino sobre todo en la constitución de subjetividades. Certezas de
subsistencia, proyecciones de futuro, ideas de conjunto, “nosotros” se fueron
desdibujando dando lugar a individuos despojados de su constitución ciudadana,
social, instalando experiencias centradas en el yo, encarnados en deseos
consumistas generando precariedad y desarticulación social.
Las Políticas de intervención social para controlar los efectos negativos
de estos nuevos modelos de desarrollo económico a nivel global que se estaban
gestando en América Latina fueron insuficientes, por cuanto significaron
políticas de ajuste y restructuración de la economía que se aplicaron en la
región para enfrentar las crisis y terminaron en un proceso de empobrecimiento
de la población.Estas transformaciones dieron lugar a la búsqueda de nuevas formas de nombrar las desigualdades en la región, así aparecen el de pobreza, marginalidad, informalidad, exclusión y vulnerabilidad; siendo la primera la más utilizada para describir situaciones de desigualdad.
Sin embargo, pensar la pobreza en término exclusivamente económico sería
aplicar una mirada reduccionista a una problemática de mucha mayor complejidad,
como es la que reviste el término “pobreza”.
Los estudios de
pobreza siempre han estado centrados en la dimensión socio-económica
promoviendo teorizaciones acotadas pero también modos de relación social en las
que crecen los patronatos sociales. Esta mirada estática de la situación de los
sujetos trabaja sobre las carencias y no las capacidades (en términos de Senn),
“la pobreza en cambio, hace referencia a
las capacidades, y más específicamente a las limitaciones o carencias de la
“bolsa” de capacidades de los hogares” (Saravi, G 24).
Sin embargo, la misma
es un fenómeno complejo y multidimensional de esta manera creemos la necesidad de pensarla en términos de Derechos
Humanos, en todas sus esferas; social, económica, cultural, político, en las
posibilidades concretas de vida de los sujetos de acceso y ejercicio de sus
derechos ciudadanos.
Así podemos
consensuar en que cuanto más desigual se distribuya el ingreso en la sociedad,
mayor será la desigualdad. Esto plantea la necesidad de nuevas transformaciones
en las relaciones entre sociedad, Estado y economía.
Para esto el Estado
debería promover procesos de integración social eliminando las barreras
sociales, impulsando una cultura de solidaridad, co-construyendo un sistema de
actores sociales, donde los más excluidos puedan transformar sus necesidades en
demandas, las cuales se expresen en la
toma de decisiones en la esfera política.
También, la pobreza
puede tomarse como un factor importante de vulnerabilidad ante la imposibilidad
de participación en la vida socio económica, político y cultural en la
sociedad, debido y sobre todo, a la carencia de derechos, o a la imposibilidad
de acceder a los mismos; es por ello que Robert Castel plantea el concepto de
desafiliación a fin de no posicionar a los sujetos en una situación inamovible
como es el de la exclusión. Para el autor la desafiliación se presenta como la
debilidad de los soportes del individuo moderno, el cual está fuertemente
relacionado con el lugar que tiene el sujeto en la división del trabajo y de
las redes de sociabilidad, perdiendo el lugar fijo y estanco que proporciona el
concepto de exclusión.
Pero, a nuestro
entender, la exclusión no es un concepto estático sino dinámico, implicando un
interjuego complejo entre espacios de la vida política, económica, social y
cultural. Así, “situaciones de inclusión
parcial en una u otra esfera implican riesgo y vulnerabilidad. El estar
excluido en una esfera no implica necesariamente el estarlo en las otras” (Minujin,
A, 1988:175).
La idea de exclusión
permite analizar y complejizar la mirada de pobreza en términos de trayectorias
históricas como sector en relación al ejercicio de los derechos,
fundamentalmente los sociales, por lo tanto, la exclusión abarca pero
trasciende la noción de pobreza por cuanto aporta fundamentalmente en la portación de capital social, cultural y
simbólico que construye o no trayectorias de inclusión-exclusión.
Marshall es quien
propone, complejizar la mirada, y no solamente referirnos a los derechos
sociales, sino también de obligaciones que los sujetos contraen como miembros
de la sociedad, es decir el Capital Social que portan esos sujetos
para promover mejoras en sus condiciones de vida, influyendo de manera positiva
en la promoción de mayores niveles de participación y protagonismo en la
solución de sus problemas.
La exclusión como
categoría alternativa y complejizadora de la noción de pobreza es central
debido a que la primera hace referencia a la acumulación de desventajas. El
sujeto excluido no es solo aquel que no participa directamente en la posesión y
distribución de bienes sino que su propia posición social lo limita fuertemente
en la participación de las disputas por la distribución del capital en sus
diferentes formas (económicas, culturales, políticas).
Desde una perspectiva
socio-histórica, y ubicando el análisis de estas líneas en la realidad
Latinoamericana, podemos afirmar que la categoría exclusión da cuenta y permite
entender la complejidad y polifonía de las realidades sociales de este
Continente. Si bien desde los primeros desarrollos teóricos la exclusión
comenzó a hablarse en Europa, vinculada al fin de la sociedad salarial, y como
matriz que permitía entender y abordar la problemática de la integración
(cuestión central de la Modernidad), tomado desde las realidades
latinoamericanas nos permite poder poner en cuestión, ya sea en términos de
ventajas o desventajas de los grupo vulnerables, las formas y mecanismos de
integración que se construyeron en América Latina. La exclusión en este
continente, es el resultado de una serie de desventajas en la relación
individuo-sociedad, que no sólo incorpora la ubicación de los mismos en el
mercado laboral, sino el lugar histórico que los mismos han tenido en los
procesos políticos (con el corte en algunos períodos históricos), de la vieja
contradicción civilización-barbarie. Esta contradicción fue construida desde no
sólo lo económico, sino fundamentalmente lo cultural, lo simbólico y lo
político.
Pero la dificultad
radica en la capacidad de los estados para establecer y mantener políticas
redistributivas, preventivas de suficiente alcance ya que la implementación de
políticas sociales dirigidas a superar las situaciones de pobreza y exclusión
social, siguen desarrollándose a lo largo de los tiempos desde la caridad, el
asistencialismo o la beneficencia o el reconocimiento parcial de derechos
sociales.
Debemos no solo
considerar las Políticas Sociales como instrumento del Estado, sino como
resultados de iniciativas de la sociedad civil, apostando a procesos sociales de integración no desde un lugar de patronato
social sino desde procesos emancipatorios, que den respuesta a cada realidad
histórico-social de nuestro continente.
En esto desde la
especificidad del Trabajo Social, la idea de poder pensar en trayectorias sociales que al no ser
atendidas pueden llevar (como tipo ideal) a la desafiliación, el trabajar desde
la dimensión política de la problemática, como el no ejercicio de derechos que
los ciudadanos portan desde su propia condición como tal, y por ende, no sólo
poner la mirada en las carencias de aspectos materiales para la satisfacción de
necesidades, ubica a las categorías pobreza – exclusión en una herramienta para
el diseño de políticas, que trabaje desde la perspectiva de los sujetos no como
carentes, sino desde su dimensión política, social, histórica, cultural.
Ya la CEPAL, en su
documento “Cohesión Social: inclusión y
sentido de pertenencia en América Latina y el Caribe”, se ha pronunciado a
favor de un contrato de cohesión social que debe ser garantizado por el Estado,
con políticas que superen el carácter circunstancial que rodea la idea de
pobreza, más allá de las contingencias que los sujetos atraviesan.
En la mayoría de los países Latinoamericanos se han dado importantes
avances en legislaciones innovadoras en materia de reconocimiento de derechos,
cuyos principales destinatarios son las poblaciones más vulnerables sin
embargo, y a pesar de los logros obtenidos en materia de derechos humanos queda
mucho por trabajar para que éstos no sean sólo términos utilizados en el
discurso político sino que se demuestre el avance en el acceso equitativo a los
mismos por parte de toda la ciudadanía.
Y en esto los trabajadores sociales debemos apostar al compromiso de
trabajar sobre la base de los Derechos Humanos, en el reconocimiento de las
necesidades como potencialidades y las
opciones que los actores tienen en su libertad de elección. Compromiso que implicaría entonces,
una exigencia en la revisión de los supuestos teóricos y prácticos para
fortalecer esos procesos, propiciando,
coordinando o participando en la constitución de una ciudadanía más igualitaria
y más incluyente.
Las estrategias serán
de superación cuando nuestras intervenciones vayan más allá de viabilizar
recursos, sino cuando propiciemos actores que puedan reflexionar para
vislumbrar las contradicciones del sistema, los condicionantes estructurales de
modo que les permita tomar decisiones y ejecutarlas en relación con la vida
personal y social integrando las necesidades sociales y promoviendo el
desarrollo, como alternativas de solución a esas contradicciones sociales.
Bibliografía y
Aportes
- Secretaria de Jóvenes del CPAS 1° Circ. “Proyecto de documento de política sobre el
alivio de la pobreza y el papel de Trabajadores Sociales”.
- Lic. Salera, Maricel. Aporte de trabajos de reflexión de Modulo de
Maestría de Trabajo Social (UNER) “Reproducción social, pobreza,
vulnerabilidad y exclusión social: Reflexiones teórico-metodológicas”.
- Lic. Reina, María Ester. Aporte de
trabajos de reflexión de Modulo de Maestría de Trabajo Social (UNER).
“Reproducción social, pobreza, vulnerabilidad y exclusión social: Reflexiones
teórico-metodológicas”.
- Lic. Chialvo, Patricia. Aporte de
trabajos de reflexión de Modulo de Maestría de Trabajo Social (UNER).
“Reproducción social, pobreza, vulnerabilidad y exclusión social: Reflexiones
teórico-metodológicas”.
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