El pasado 3 de agosto, en horas de mediodía, en el sector 1º de Octubre del Barrio Santa Rosa de
Lima de la ciudad de Santa Fe, una de nuestras colegas que se encontraba desarrollando sus funciones fue agredida y herida con un arma blanca en intento de robo. Esto no pasó a mayores gracias a la intervención de una vecina que se solidarizó con la profesional.
Por lo tanto, el Colegio Profesional de Asistentes Sociales de la Provincia de Santa Fe (Primera Circunscripción) quiere expresar la solidaridad con la colega que se desempeña en la Dirección de Hábitat y Vivienda de la Municipalidad de Santa Fe, por el terrible hecho acontecido sobre su persona, haciendo ejercicio de su profesión.
Queremos no sólo repudiar este suceso, sino llamar a la reflexión sobre la exposición a la que estamos sujetos los que intervenimos en problemáticas sociales de gran complejidad y quienes deben operar ante estas problemáticas de alto riesgo.
Vemos con preocupación la instalación de la violencia, en sus múltiples manifestaciones, como forma de resolución de los conflictos que, en este caso particular, adquiere un carácter extremo habiendo puesto en juego su vida.
Situaciones de este tipo deben interpelar a la sociedad en su conjunto y obligan a las instituciones involucradas más directamente en las problemáticas a asumir un desempeño responsable y comprometido.
Solicitamos que este hecho no quede impune, por la dignidad de nuestra colega y por la dignidad que como sociedad debemos empezar a interpelarnos.
La construcción de una sociedad más humana y sensible constituye un imperativo ético del que nadie puede desentenderse.
Lima de la ciudad de Santa Fe, una de nuestras colegas que se encontraba desarrollando sus funciones fue agredida y herida con un arma blanca en intento de robo. Esto no pasó a mayores gracias a la intervención de una vecina que se solidarizó con la profesional.Por lo tanto, el Colegio Profesional de Asistentes Sociales de la Provincia de Santa Fe (Primera Circunscripción) quiere expresar la solidaridad con la colega que se desempeña en la Dirección de Hábitat y Vivienda de la Municipalidad de Santa Fe, por el terrible hecho acontecido sobre su persona, haciendo ejercicio de su profesión.
Queremos no sólo repudiar este suceso, sino llamar a la reflexión sobre la exposición a la que estamos sujetos los que intervenimos en problemáticas sociales de gran complejidad y quienes deben operar ante estas problemáticas de alto riesgo.
Vemos con preocupación la instalación de la violencia, en sus múltiples manifestaciones, como forma de resolución de los conflictos que, en este caso particular, adquiere un carácter extremo habiendo puesto en juego su vida.
Situaciones de este tipo deben interpelar a la sociedad en su conjunto y obligan a las instituciones involucradas más directamente en las problemáticas a asumir un desempeño responsable y comprometido.
Solicitamos que este hecho no quede impune, por la dignidad de nuestra colega y por la dignidad que como sociedad debemos empezar a interpelarnos.
La construcción de una sociedad más humana y sensible constituye un imperativo ético del que nadie puede desentenderse.
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